domingo, 6 de marzo de 2016

SANCHEZ Y TRUMP



Lo que ocurrió en las dos sesiones de investidura fracasadas ha evidenciado que lo que no es posible es imposible.
Pero, como no hay dos sin tres, quedan muchas otras sesiones por delante y, en cualquiera de ellas, puede que Pedro Sánchez logre el objetivo de su vida: ser presidente del gobierno de España sin renunciar a su principio ético fundamental: hablar de Rajoy solo para insultarlo, pero sin hablar jamás con Rajoy.
Será ese un final de película rosa para Sánchez porque supondría el triunfo de su principio ético personal: ignorar que existe todo lo que le moleste que exista.
Echemos a volar la imaginación que, como la maledicencia, no deja de aletear una vez arrancado su vuelo:
Supongamos que los americanos son todavía peores que los españoles porque eligen para presidente a Donald Trump, semanas después de que Sanchez sea electo Presidente de España.
¿Cómo se le quedará el cuerpo a Sanchez? ¿Estará dispuesto a hablar con Trump que, por lo que dicen los progresistas que le pusieron la peana a Sánchez, es peor que Rajoy?
Si sus progresistas deciden que el norteamericano es más malo que el español, ¿qué hará Sánchez?
Si el presidente de los Estados Unidos  es peor que el que antecedió a Sanchez en la presidencia del gobierno de España , ignorar que Trump existe no será sufciente..
Ojalá no solo le niegue la palabra a Trump, sino que castigue a los americanos que lo desafiaron al elegirlo, y declare la guerra a los Estados Unidos.
Sería el fin de los milenarios problemas españoles: los Estados Unidos ganarían la guerra, incorporarían a España como Estasdo quicuagésimo primero de la Unión y, de una vez por todas, los españoles seriamos felices al dejar de ser españoles.