martes, 5 de abril de 2016

REPRESENTANTES Y REPRESENTADOS

“Si éramos pocos, parió la abuela”, se decía en mis tiempos cuando alguien se quejaba de que había salido de Guatemala para meterse en Guatepeor.
Pues la abuela va a parir y en guatepeor nos vamos a meter si los socios putativos de “Podemos” aceptan que la circunsncripcion pase de provincial a autonómica.
Ya eso de que a los que viven en una provincia, aunque tengan profesiones, creencias, intereses y gustos distintos, los represente un individuo del que solo conocen su nombre porque aparece en la lista electoral es más raro que un pèrro verde.
¿Cómo se puede fiar nadie de alguien al que solo conoce de nombre?
No es que si eligiera al que conoce desde que nació lo vaya a conocer porque, hasta las propias reacciones ante una situación imprevista suelen sorprendernos a nosotros mismos.
Pero, si  el PSOE y Ciudadanos, socios políticos putativos de Podemos, aceptaran la reforma de la ley electoral que les propone, los electos por el pueblo le deberán todavía más su cargo al que los designe y todavía menos a los que los vote.
Aun así, habrá algún ocupante de poltrona en el congreso de los diputados que, en una inoportuna crisis de conciencia, se obnubile y dude si su voto se lo debe al que lo votó o  al que lo designó para que lo eligieran.
No hay que perder el sueño: se cambia la ley electoral las veces que haga falta para que la circunscrpción sea  nacional, después de que dejara de ser provincial.
Y, si aun así el diputado electo sigue dudando si debe fidelidad al elector o al jefe de partido que lo designó, se amplia la circunscripción a la Comunidad Económica Europea, antiguo mercado común.
Y así, gradualmente, el diputado español a Cortes irá perdiendo la obligación de servir al que lo elija, para deberle cada vez más el chollo al que lo designó, y seguirá obedeciendo al que lo haya propuesto.

Y el tinglado continuará siendo una democracia y no una dictadura porque en la primera hay elecciones y partidos políticos y en las dictaduras no hay partidos políticos ni elecciones.