miércoles, 27 de abril de 2016

SANCHEZ Y SU PENA NEGRA

Como la Soledad del romance de la Pena Negra de Lorca, que iba  de la cocina a la alcoba pregonándolo, Pedro Sánchez va de emisora en emisora culpando a todos de su propia desgracia.
¿Cuál es su desgracia? Que una pandilla de desalmados capitaneados por Mariano Rajoy le han impedido tocar la gloria, cumplir su destino que no es otro que ser presidente del Gobierno de España.
Lo de Pedro Sánchez que empezó y sigue siendo patético, es además peripatético, porque pregona su obsesivo dolor hasta al que no quiere escucharlo y va de la ceca a la meca para que nadie se quede sin enterarse.
¿Durará la paciencia de quienes lo escuchen tanto como la de los senadores que aguantaban impàvidos a Catilina?
¿Se habrán equivocado los españoles capitaneados por Rajoy al impedirle a Sánchez que sea presidente del Gobierno?
¿Hubiera sido castigo mayor para los españoles aguantarlo como presidente cuatro años que soportar sus lamentos toda la vida?
Sanchez no ha llegado a Presidente del Gobierno, pero su destino ha quedado ligado perpetuamente al de los españoles. Puede llorar todo lo que quiera porque no desperdiciará sus lágrimas.
No tendrá que decir como la letra de la copla “¿para qué quiero llorar si no tengo quien me oiga”?

Al que no quiera oir el llanto de Sánchez, más le valdría ir ya reservando plaza en el primer vuelo a Plutón.