martes, 24 de mayo de 2016

EL INJUSTIFICADO MIEDO AL COMUNISMO¡

¿Por qué a los españoles les da igual ocho que ochenta cuando les advierten contra el comunismo?
Por la misma razón por la que no se alarman los condenados a cocerse eternamente en las calderas de Pedro Botero porque están habituados a pasar calor gracias a que están en el Infierno.
Es España, el Estado ha controlado siempre, y sigue controlando, el precio de lo que los trabajadores consumen, y controla igualmente lo que cobren por trabajar.
Controla también el Estado, por concesión, coercion o conveniencia, la fundación y supervivencia de los medios de comunicación, a través de los cuales pastorea a la opinión pública.
Lo de comunismo es una simplificación del sistema de gobierno que se asienta en inducir por las buenas, o obligar por las malas, a que los ciudadanos obedezcan lo que decida el Partido que administre a la Sociedad, y se retroalimenta de los que la Sociedad produzca.
Quizá si se sustituyera la palabra “comunismo” por “sistema de economía estatalmente planificada” y su contraria de “capitalismo” por el de “economía libre de mercado”, la diferencia entre uno y otro se apreciaría mejor.
Las consecuencias prácticas de comunismo o economía estatalmente planificada son evidentes:
A) Se produce solo lo que el Estado-Partido decida y se vende al precio que el Estado-Partido establezca.
B) Como es el Estado-Partido el que decide lo que haya que producir y el precio a pagar por adquirirlo, la competencia desaparece y se convive con la permanente escasez o demanda de productos de consumo.
C) Los ciudadanos compran lo que haya y no lo que necesiten, lo que propicia el “mercado negro” como inevitable recurso para conseguir lo que la economía planificada no ofrezca, o lo haga en menor proporción a lo que la demanda exija.

La economía libre de mercado (conocida por “capitalismo”) consiste en:
1.- La facultad irrestricta de cada ciudadano de arriesgar su capital y su esfuerzo para fabricar y poner a disposición del mercado lo que crea que los compradores puedan demandar.
2.-Garantizar la libre competencia entre productores de bienes y servicios para que sus demandantes puedan optar por lo que más les convenga y al  mejor precio.
(Hay que aclarar que no se puede calificar de “economía libre de mercado” ni de capitalismo a la economía española, porque carece de la indispensable “ley antimonopolio” o ley “antitrust” que vigile la flúida eficacia de la libre competencia).
A pesar de las múltiples ofertas nominales, el precio que el cliente paga por telefonía, gas, electricidad, combustibles y otros servicios básicos es idéntico.
Un por ejemplo, para que quede claro: Todos los bancos españoles coinciden sospechosamente en retribuir con el 0,05 por ciento los depósitos con los que respaldan los créditos que concedan al cliente y que,en promedio, se cobran el 5 por ciento anual por lo prestado.
En conclusión: a) No hay que tenerle miedo al comunismo que pueda venir porque ya está aquí.

 b) Si se estableciera oficialmente el comunismo ideológico en España, los españoles no lo percibiríamos porque hace siglos que estamos siendo explotados por el comunismo real.