lunes, 13 de junio de 2016

LA ALBARRANA DE PALMA

Las albarranas eran torres dodecagonales que, como la del Oro de Sevilla, construían los almohades como vigías  del recinto amurallado que protegía y alertaban contra enemigos exteriores.
La albarrana de las murallas de Palma del Río, sin embargo, está integrada en la muralla.
¿Sería así porque se hizo avanzar el resto de la muralla hasta integrarla en la albarrana o porque la dirección desde la que atacaría el enemigo cristiano era tan indudable que sólo desde ese punto podría avanzar, lo que la convertía en el foco de la defensa?
El conjunto amurallada de Palma del Río lo levantaron los almohades, una fanática secta islámica de Marraquech que, después de desembarcar en Tarifa, se desparramó por el para ellos degenerado Islam peninsular.
Pero al objetivo inicial que eran los musulmanes peninsulares envilecidos por la molicie se le añadía a los almohades un adversario adicional imprevisto: el vigoroso empuje reconquistador de Fernado III el Santo.
Los cristianos del Rey castellano tomaron Córdoba el año 1236 e, inmediatamente, fijaron Sevilla como el siguiente objetivo estratégico de su campaña..
El Rio Guadalquivir, cuyas aguas bajan de Córdoba a Sevilla, era para los de San Fernando la más abierta y directa vía para el transporte de hombres e impedimenta hasta el objetivo.
La marina fluvial que mercenarios genoveses como Meser Egidio Bocanegra había contratado Fernando permitirían controlar sus aguas.

Bocanegra, que fue premiado con el señorío de Palma, era pues la amenaza para los almohades y no es casual que la torre albarrana dodecagonal de sus murallas se oriente hacia el punto de confluencia del Gudalquivir y su principal tributario, el Genil.