jueves, 16 de junio de 2016

LA PROPUESTA DE SEVILLA



Sevilla es lo mejón der mundo y quien no habla de Sevilla porque quedó maravillado al visitarla lo hace  porque sabe que no será feliz hasta que lo alegre la gracia de sus gentes, el aroma de sus jardines, el gentil talle de sus mocitas.
Pero eso se puede y debe aplicar a la Sevilla ciudad, no a quien se apellide Sevilla y del que, en los últimos dos días, se está hablando tanto como de la Sevilla ciudad en los dos últimos siglos.
¿Que por qué se habla tanto de la ciudad de Sevilla como del ciudadano Jordi Sevilla?
Pues porque,  Jordi Sevilla, que fue ministro con un gobierno socialista anterior, y quiere volver a a serlo con un improbable gobierno socialista próximo, quiere que sea el presidente del gobierno próximo el candidato que, sin necesidad de mayoría absoluta o relativa, tenga más respaldo de los diputados.
¿Y qué hacemos con la Constitución, que no prevé esa alternativa?

Puntos 3 y 4 del Artículo 98 de la Constitución:
3.-“Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza a dicho candidato, el Rey lo nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación 48 horas después de la anterior y la confianza se considerará otorgada si obtuviera la mayoría simple”.
4.- Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores”.
Es decir, que lo que Sevilla propone es anticonstitucional, a menos que todos los Diputados, previamente, den su palabrita del Niño Jesús de que, cuando el nuevo gobierno presidido por Pedro Sánchez y con Jordi Sevilla como ministro de hacienda o economía, reformarán la Constitución para que incluya la modalidad aplicada para que Sanchez y Sevilla manden.
¿Y si después no cumplen lo que prometan?

Sevilla y Sánchez son personas honorables que solo incumplen lo que prometen si no les conviniera cumplirlo. No sea desconfiado.