miércoles, 3 de agosto de 2016

EL CACHONDEO

Imagínense que una de estas noches  se interrumpieran simultáneamente los programas que estén emitiendo en ese momento todas las emisoras de televisión.
Y que los receptores volvieran a iluminarse segundos después para mostrar a un caballero de gesto adusto a cuyo paso se levantarían respetuosamente sus acompañantes, la mayoría en traje civil y alguno con uniforme militar y que, mirando serena y firmemente, dijera:
“Señores, a partir de éste momento, en España se ha acabado el cachondeo”.

El inevitable coro de tertulianos que excplicarían posteriormente lo que todos los espectadores ya habían oido  y se encargarían de aclarar que lo que había querido decir era que, a partir de las doce de la medianoche, se prohibía la música estridente en lugares públicos.