lunes, 15 de agosto de 2016

LA HONRADEZ

Lo cuento como me lo contó mi amigo y colega de France Presse Ramón Lamoneda, al que se lo había contado su padre Ramón Lamoneda, alto dirigenye de UGT:
En los dias previos al inicio de la guerra del 36, había un bulín, lupanar o casa de putas en Ciudad Lineal, en el que a veces concidían cabritos falangistas y sociocomunistas.
Le reprochaban a la madama que admitiera a falangistas y ella, según el padre de Ramón, les replicaba: “La coño es internacional”!
Y es verdad. El pecado a todos nos iguala y no solo el de la lujuria porque, como la historia revelada hoy se encarga de ratificar, dos adversarios políticos como Ramón Rato y Jordi Pujol utilizaron al mismo intermediario para quedarse con la pasta que no era de ellos.
De mi memoria no se borra un incidente del que en mis horas lúcidas me arrepiento y en las oscuras me enorgullezco:
Acababa de ser nombrado  secretario (ministro) de comercio un ciudadano mexicano con el que compartí mesa ese mismo mediodía.
De entre sus cuitas por las responsabilidades que lo esperaban enumeró la de ganarse la confianza de los sectores sociales con los que tendría que negociar y entre ellos mencionó a los empresarios españoles que, confesó, desconocía y me pedía que yo lo pusiera en contacto con ellos.
Fue aquel momento cumbre de mi vida una época en la que había imperiosa demanda de atuneros españoles para faenar en aguas del Pacífico mexicano.
Una llamada telefónica de una persona sensata hubiera sacado de apuros hasta a sus nietos pero a un insensato como yo no se le ocurrió más que decir que no mantenía contacto especial con mis  compatriotas residentes en Mexico.

Si, como ahora sé, hubiera sabido entonces que la honradez es la excepción y no la norma, ahora sería un sinvergüenza rico y no un honrado pobre, o  tonto que es sinónimo de pobre.