miércoles, 28 de septiembre de 2016

EL SUEÑO DE UN SOÑADOR

Como la Soledad Montoya de “La pena negra” que describió Lorca yendo de la cocina a la alcoba, Pedro Sánchez recorre televisiones y mítines en busca de su alegría y su persona.
¿Qué alegría le falta a Sánchez para que la persona por la que se le conoce coincida con la persona que ansía ser?
Una a la que, según su férrea ideología igualitaria, tiene derecho: ¿ por qué, si todos los hombres son iguales, el no puede ser presidente del Gobierno, como hasta Rajoy lo es?
Por eso, como la heroína histérica de Lorca, Sánchez es un caballo desbocado que espera algún día encontrar la mar para que se lo traguen las ansiadas olas del poder.
Un héroe poético en ésta era prosaica, un soñador en éste tiempo de conformistas que relegan lo posible a favor del sueño improbable, un idealista Quijote que cuenta con los socialistas, que son su fiel Sancho, para que reciban los palos destinados al caballero.

Ese es Pedro Sánchez, un hombre en busca de un sueño que a los pedestres les parece imposible porque carecen del vigor y la fé para hacerlo realidad.