viernes, 30 de septiembre de 2016

EL PSOE SE VA A LA GUERRA

Ahora sí que se levantó la persiana que me impedía ver la luz porque, aunque todavía entre tinieblas  que poco a poco me van permitiendo adivinar que lo que me parecía una mancha en la pared de enfrente es un viejo desconchón, ya puedo decidir: el PSOE es mi partido.
¿Por qué?
Porque el Partido Socialista Obrero Español es, como belicista pacífico que soy, el único especializado en librar guerras en las que no todos pierden: la guerra civil en la que, aunque una parte de los contendientes pierda, la otra gana para que la victoria siempre quede en casa.
Porque, ¿qué sentido tiene pelearse contra el que te es ajeno y  que, por serlo, nada tienes que ver con él?
Un suponer: ahora, Pedro Sánchez y sus partidarios están en plenas hostialidades contra Susana Diaz y los suyos.
Como adversarios y contrarios porque serían todos socialistas, al ganar unos perderán otros y el resultado será satisfactorio por lo menos para una parte de los contendientes y no para todos.
¿Se imaginan que, en vez de que unos socialistas pelearan contra la otra parte, todos lo hicieran contra los del Partido Popular, al que todos los socialistas se la tienen jurada?
Es cierto que, si en esa lucha entre adversarios naturales los socialistas ganaran, ganaría todo el PSOE.
Pero, ¿y si como es habitual los del PP le ganaran a los socialistas?
Todo el partido socialista perdería.

Por eso, mi maestro el estratega chino Tsun Zu y yo aconsejamos que, para ganar una guerra, es más importante que acertar  al escoger aliados, atinar al escoger al enemigo.