lunes, 3 de octubre de 2016

NADA CAMBIA, TODO SIGUE

De todos los sumandos que influyen en el resultado final de la suma, eliminemos los ajenos aportados por causas y agentes no españoles, y el resultado de 40 años de democracia en España será descorazonador.
Enumeremos algunos de esos sumandos sobrevenidos en España, sin intervención determinante de los españoles:
a) El desarrollo de las comunicaciones físicas e informáticas que han universalizado las relaciones entre ciudadanos dentro de cada país y de los ciudadanos de un país con los de otros.
b) El excedente de producción y de capitales comunitarios en la época del cambio de régimen en España, destino apetitoso para nuevas inversiones de los excedentes comunitarios.
c) El oportunismo de esa situación, que si hubiera ocurrido veinte años más tarde, habría colocado esos excedentes comunitarios en Centroeuropa, su mercado natural e histórico de expansión, y no en las naciones del Sur.
d) Las favorables condiciones de España como receptor de esas inversiones comunitarias, porque su población ya había iniciado los primeros pasos hacia la sociedad de consumo, que había arrancado con la Dictadura.
(Uno asistió en Febrero de 1974 en Salzsburgo a la sesión constitutiva del Club de Roma, sanedrín del capitalismo liberal, que diagnosticó como naciones con mejores expectativas a las de la cuenca mediterránea con  2.000 dólares de ingreso per cápita, la de España en aquellos tiempos).
La España de entonces, una dictablanda muy similar a la demodura de hoy, nada que dependiera de los nativos españoles ha cambiado significativamente.
Ni siquiera el sistema político, que solo ha pasado de una dictadura personal a una dictadura fragmentada  y ejercida por distintas personas: tantos como dictadores hay en cada partido, y que le permite a cada uno de los que manden como dictadores con jurisdicción limitada a sus secuaces, que obedezcan lo que ordene.
No castigan los ahora los dictadores a los díscolos que de hoy metiéndolos en la cárcel, sino excluyéndolos de la lista de nombramientos con cargo al presupuesto.

Dictaduras las de ahora  tan eficaces como la de antes porque, como la sabia política mexicana advierte, “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.