sábado, 3 de diciembre de 2016

LOS MILLONES DE RONALDO

Leí el otro día que a ese paradigma (quiere decir ejemplo, pero paradigma suena más fino) de niños, jóvenes y viejos, lúbrico objeto del deseo de señoras, señoritas y señoronas, un colega seguramente envidioso le preguntó si era de la cáscara amarga.
“Maricón, pero con mucho dinero”, parece que le replicó el mocito.
Que era rico lo sabíamos sin necesidad de que lo dijera y, lo otro, ni nos va ni nos viene porque ya no anda uno en edad de que ningún chiflado pretenda seducirlo.
Pero Ronaldo mintió al ufanarse de que tenía mucho dinero porque a un ciudadano al que acusan de haber quitado de en medio 150 millones de euros para que el fisco no se enterara de que los había ingresado no es solo rico, sino el nuevo Monomotape de Zinbabue, que en el siglo XV era el amo de todo el oro que posteriormente circulaba por el mundo.
Ya que se ha sabido esa peculiaridad de Ronaldo, ¿dejará de ser el metegoles del Real Madrid la gloria de Medina, la flor de Olmedo, el envidiado por todos los varones y deseado por todas las hembras?
Al contrario porque, en justicia, habría que suponer que, si le han descubierto esos 150 millones  hasta ahora ocultos, serán muchos más los que todavía no le han encontrado.
A ningún recovero se le ocurriría llevar todos los huevos en el mismo cesto.
Cristiano Ronaldo, 150 millones más pobre que ayer, sigue siendo seguramente más rico que los que pagan una  entrada por ir a verlo.

(Hay que tener en cuenta que los que vayan a ver jugar a Ronaldo y tengan más dineros que el metegoles portugués, no pagan entrada porque lo ven jugar como invitados en el palco presidencial del estadio).-