lunes, 2 de enero de 2017

CONDENADOS A NO VOTAR

Algo bueno tendrá el agua, se decía antiguamente, cuando la bendicen.
¿Y qué es el Partido Popular sino el agua benéfica para la fertilidad de los campos y el bienestar de los hombres (y mujeres, niños y niñas, jóvenes y jóvenas, ancianos y ancianas) de España?
Aplíquese el resultado de la encuesta que hoy ha sido difundida y que, gracias a ella, sabemos por dónde anda España, aunque los españoles caminen  cada uno por donde puedan o quieran.
La encuesta dice que al Partido Popular le va mejor (gozan de mayor popularidad) que la demostrada en las elecciones de Junio pasado, las últimas que se celebraron y que, medio año después, les permitieron atornillarse en el gobierno.
Como contrapartida de que a los Populares les vaya ahora mejor que antes, a sus adversarios les iba antes mejor que ahora.
Es decir: que los españoles parece que prefieren un mal gobierno del Partido Popular a un gobierno peor de cualquiera de sus adversarios.
Horrorizados deberíamos empezar éste aciago año que ayer se estrenó: ¿cómo podremos aguantar cuatro largos años sin elecciones si eso de votar es la manifestación palpable de que gozamos de un régimen  democrático?
Pues muy malamente porque un régimen  político sin votar es una dictadura en la que los ciudadanos  carecen de esa autoafirmación democrática que los hace sentirse realizados.
¿Y si a fuerza de no ejercer con la frecuencia deseada el privilegio de votar, nos acostumbráramos a no  echarnos nuevas elecciones?
Que Dios no lo quiera y su misericordia nos dé, lo mismo que el pan de cada día, las elecciones de cada trimestre.
Y que nos favorezca con la paciencia y la resignación  indispensables para poder soportar sin desesperarnos el ansia de votar.


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