Como todos los
que a lo largo de la historia han incordiado a las sociedades que alguna vez
sufrieron su sarpullido, el movimiento “Podemos” nació entre los más ricos, empecinados
en redimir a los más pobres.
Carolina
Bescansa, una de las tres patas del banco que es Podemos es rica o, por lo
menos, menos pobre que los otros dos motores que tiraban del carro redentor de
la famélica legión de ésta sociedad española, más preocupada por perder peso
que por ganar kilos.
¿Cuándo ha sudado
ninguno de los tres para que se atrevan a aconsejar cómo deben sus seguidores
ganarse el pan con el sudor de sus frentes?
Carolina, que
por ser la más rica del trío es, si no la más sabia la más astuta, ha decidido
quitarse de en medio para que los golpes de los otros dos no le den a ella de
refilón.
¿Es la de la
Bescansa una huida estratégica o una retirada táctica?
Parece más
bien lo segundo que lo primero porque, siendo por origen social la de genes más
capacitados para mandar que para obedecer, será la que finalmente mande cuando
los otros se derroten entre ellos.
Si así ocurriese,
tendremos a una rica con niñera para que aconseje a las madres proletarias cómo
cambiar con pulcritud y eficacia los pañales de sus hijos.
¿Puede quien nunca
ha tenido dinero aconsejar mejor a los que tampoco lo han tenido que Carolina
Bescansa, a la que desde que nació le ha sobrado?
No hay comentarios:
Publicar un comentario