Si no todo,
casi todo lo que se sabe a ciencia cierta de la Mafia norteamericana se basa en
“The Valachi Papers”, el libro que Peter Maas publicó en 1968 basándose en lo
que le había contado en numerosas entrevistas en su celda, en la que ya estaba
internado, Joe Valachi, de la “familia” de Vito Genovese.
De su lectura
se desprende que, si no todos, casi todos los conflictos internos que
estallaban entre las diferentes
organizaciones delictivas los originaba la intromisión en territorios asignados
a otra o a la rivalidad en actividades
que el reparto entre los distintos grupos se había acordado para frenar la
competencia.
Algo así como
lo que está pasando ahora en España y que ha planteado abiertamente Susana
Diaz, jefa o “capo” de la familia socialista andaluza.
Las normas no
respetadas que según Valachi provocaban los enfrentamientos entre grupos
mafiosos eran, si no iguales, parecidas a las que según Susana Diaz,
capomafiosi de los socialistas andaluces, le está haciendo la jefa de una
familia rival, la de los populares madrileños Cristina Cifuentes.
Y es que a la
segunda se le ha ocurrido cobrar menos impuestos en su territorio que los que
cobra en el suyo la primera y, por esa competencia desleal de la segunda con la
primera, muchos contribuyentes andaluces se están residenciando en Madrid para
pagar menos.
Por ahora,
esa discrepancia de criterios no ha pasado de indirectas dialécticas de Susana
contra Cristina pero la esperanza, sobre todo la de seguir viviendo, es lo
último que se pierde y mientras hay vida hay esperanzas.
Las que uno
se resiste a perder porque confía en que Susana agarre por los pelos a Cristina
o Cristina le suelte un soplamocos a Susana y, eso sí, que lo televisen.
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