viernes, 12 de mayo de 2017

TENER O NO TENER



España era diferente porque una parte significativa de sus habitantes padecía necrofobia, un desajuste psíquico al que ayer puso remedio el Congreso de los Diputados, cuando instó al gobierno a retirar del Valle de los Caídos el cadáver de Franco.
No es Franco el único español que muerto hace más daño a España que vivo:  lo antecedió El Cid, aquél  mercenario de leyenda que mataba por la paga que aceptaba de los que lo contrataban para que matara por  ellos.
Tan peligroso fue el Cid para los españoles de hace siglo y pico como lo es Franco ahora porque  los que votaron que lo sacaran del Valle de los Caidos pretendían lo mismo que Joaquín Costa cuando propuso “echar doble llave al sepulcro de El Cid”.
Al español genuino y sin aberraciones que alteren el carácter propio y exclusivo de su genética lo que lo incomoda es que haya compatriotas que tengan y sean más que ellos.
Para poner remedio a esa desigualdad resultante de la disparidad entre los que mandan y los que obedecen, hay dos caminos:
a) que los que tienen menos tengan más porque trabajen y se esfuercen tanto como los qaue sobresalieron, o
b) culpar a la malicia de los que tienen más de haberse aprovechado de la cándida inocencia de los que menos tienen.
La historia, en fin, de la raza española: los que tienen lo tienen porque han robado a los que ahora no tienen lo que antes tenían.

No hay comentarios: