lunes, 19 de junio de 2017

LA VICTORIA DEL INGLES



Al contrario que en aquellas batallas memorables en las que los vencidos peleaban aunque supieran de antemano  que iban a morir, la prudencia aconseja ahora no meterse en conflictos en los que llevas las de perder.
Me refiero a la guerra inútil del idioma español contra el inglés, en la que el visitante va ganando por goleada al titular del campo.
Basta frivolizarse un poco para comprobarlo.
Ojeen, aunque no lean, los farragosos textos literarios de las llamadas revistas del corazón que amenizan las fotografías de suculentas señoras y de sus equívocos caballeros.
Comprobarán la reiteración de la palabra “look” de ellos y ellas para que nos fijemos en su aspecto exterior.
 (El interior sería intromisión en su más íntima mismidad).
Y, ¿por qué dicen siempre look en inglés en lugar de los castellanos imagen, aspecto o apariencia?
Porque lo exótico resta plebeyez a lo nacional, que es una ordinariez.
¿Nunca se debe utilizar look?
Hay ocasiones en las que esta bien empleada.
Un amigo de mi todavía lozana juventud andaba por el campus de la New York City University cuando algo que vió lo hizo reaccionar:
“Look, a rat” gritó despavorido.
Cuando miraron los demás lo que mi amigo señalaba no vieron ninguna sucia rata, sino una traviesa ardilla.

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