¿Cuántos de
los que se ufanan de su amor a España han tenido la posibilidad técnica y
legal de cambiar su pasaporte español
por el de otro pais?
Si no han
podido optar no pudieron decidir, por lo
que ese amor a su Patria no pasa, chispa más o menos, de la preferencia por las
papas fritas del que únicamente papas fritas ha comido.
Así que el
patriotismo es un sentimiento inducido en el supuesto patriota para poder
manipularlo más cómodamente en momentos de enajenación patriótica.
Hay exaltados
que hasta se proclaman dispuestos a morir por su Patria.
¿Qué le
aprovecha a la Patria que muera por ella?
¿No le sería
de más provecho a la Patria por la que se dice dispuesto a morir que mate al
enemigo declarado de su Patria?
Da la
impresión de que eso de la Patria es como el perejil que enriquece todas las
salsas, o como la llave inglesa, que aprieta o afloja cualquier tornillo.
La conclusión
de todo eso no puede ser otra de que la palabra “patria” es como la palabra
“cosa”, la más utilizada en las conversaciones en las que se hable de todo para
no decir nada.
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