Los españoles
no catalanes han andado con el bolo colgando demasiado tiempo,
Aclaremos que
se llamaba bolo al machete que los soldados peninsulares deberían haber tenido
siempre presto para rechazar los ataques imprevistos de los mambises
independentistas cubanos.
Y que los
catalanes independentistas utilizan todos los medios, legales , ilegales y
armas a su alcance para conseguir la independencia.
Todos los que
hablan quieren ser independientes de España. Y los mudos prefieren no
comprometerse oponiéndose abiertamente, por si los independentistas ganan.
Y el Gobierno
de España, que con tal de no perder votos asiente con su silencio al desarrollo
de la pugna, calla y otorga.
Todos
contentos, que nadie tenga la osadía de quejarse.
Por lo que a
servidor respecta, he ido a Cataluña en dos ocasiones: la primera para recoger
un coche que me había autoenviado desde México y la segunda invitado por Jordi
Pojol a comer en la Generalitat.
Si me resulta
incómodo ahora salir de mi confortable casa, imagínense lo que supondría viajar
a la exótica Cataluña.
Solo de
pensarlo me fatigo. Que se la coman con su pan y su tomate refregado.
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