miércoles, 25 de octubre de 2017

INEVITABLE

Hablando de lo de Cataluña, ¿han servido las autonomías para algo más que para que se repartan el poder y el bienestar ocioso los cada vez más que vampirizan a los cada vez menos que producen riqueza?
Tiempo perdido y oportunidad desperdiciada, si la crisis secesionista catalana se ventila haciendo retroceder el tiempo al momento en que Puigdemont amago y no concretó la declaración de independencia.
España condenada a su perpetua ambigüedad contradictoria: invadida e invasora, verdugo y mártir, depredadora y presa.
Pueblos como los distintos pueblos españoles a los que solo la fuerza unió no necesitan para volverse a dispersar estímulos adicionales.

Y las autonomías llevan en sus genes el tentador impulso a dar un paso más: el de la independencia.

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