domingo, 5 de noviembre de 2017

CATALANES Y BELGAS

Si tenía que escaparse Puigdemont, no podía haber sido a otro país que a Bélgica, rareza de unidad mantenida a pesar de la permanente tentación para fragmentarse.
En tamaño, Belgica coincide con los 32.000 kilómetros cuadrados de Cataluña, donde la gente está menos apretada.
En cuanto los catalanes dejaran de hacer la puñeta para dedicarse a hacer un par de millones más de catalanitos, los dos paises serían uno espejo del otro.
¿Y cómo ven sus vecinos a los belgas y los catalanes?.
Todos los chistes que se aplicaban en España hace años para ridiculizar a los de Lepe ya se contaban en Europa referidos a los belgas.
Para los demás españoles, los catalanes son generosos, desinteresados, ocurrentes, espontáneos y de natural simpatía.
Parecidos a aquel negrito cubano del  que se decía que todas las mañanas rezaba: “Dios mio, hazme blanco, aunque sea catalán”.

Negrito que era una rareza entre los de su casta: preferían seguir siendo negros.

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