jueves, 12 de enero de 2017

POLITICOS BANQUEROS

Bien está que, como piden Podemos, Ciudadanos y el Psoe, se investigue el “despilfarro” que supuso para nosotros los contribuyentes españoles los sesenta o 70 mil millones de euros que nos sacó del bolsillo el gobierno para reflotar las hundidas Cajas de Ahorro.
Pero que no se olviden de la razón de ese desfalco: que fueron políticos colocados en los consejos de administración de las Cajas por sus partidos los que vaciaron los fondos que se encontraron en ellas cuando se hicieron cargo de la gestión.
Y que saquen la conclusión obvia: que un político solo sirve para aquello por lo que entraron en política, echar discursos y engañar a los votantes para así mantenerse en el poder.
Para predicar, no para dar trigo porque poner en sus manos la gestión de entidades bancarias fue el más torpe de todos los desatinos que un político imaginativo  pudo idear.
Los asuntos serios, y la gestión bancaria lo era hasta entonces, debería haber quedado siempre en las manos de banqueros o bancarios, nunca en las de especialistas en bailarle el agua al votante.
Lo dilapidaron con tanta prodigalidad como los apretones de mano para que, como premio a su simpatía y confiados en su inexistente condición de banqueros, los electores les dieran sus votos.
Y es que los políticos no sirven para nada aunque se empeñen en servir para todo.
Mal está que politicen la sanidad, la educación, la administración de justicia, el flujo de noticias o los espectáculos cinematográficos y taurinos.
Pero el manejo del dinero ajeno debería quedar, como la chusca experiencia de las Cajas de Ahorro ha demostrado, en manos de profesionales de las Banca.
Y que los políticos hagan lo que tan bien saben hacer: cotorrear unos contra otros y obedecer a sus jefes repitiendo lo que sus jefes digan.
Lo que hacían los actores zarzueleros, que tan bien se bandeaban en las viejas corralas de la España Eterna.