miércoles, 15 de marzo de 2017

EFE,EL AYER RESUCITADO

El todo contiene a cada uno de sus componentes que, cuando actúan de forma coordinada se dice que “funciona como un reloj”.
¿Y cuando las partes de un todo van cada una por su lado y operan según su particular antojo?
El desconcierto resultante se dice en el español sainetero que es “como el coño de la Bernarda”, que cada cual soba o acaricia según su antojo sin que ella llame a nadie la atención.
Más o menos lo que se dice de ésta España desde que se quedó viuda: nadie se ocupa de su bienestar ni se preocupa por su honra.
Y la Agencia de Noticias EFE, que por difundir fuera de España las noticias españolas es tutelada por el Gobierno Español, es una parte del todo que es España.
Así que si hay quien diga que España es como lo que Bernarda lleva en su entrepierna, puede suponerse que esa parte de España también sufre el manoseo que padece el todo.
Un repartidor de DHL alteró esta siesta el sosiego de la hora para entregarme un paquete enviado desde México que contenía un libro costosamente editado y profusamente ilustrado titulado “El testigo y su mirada-50 años de la historia de la Agencia EFE en México”.
De los tres años que fui jefe de la oficina de EFE en México narra Antonio Ortega, un teletipista cuya tarea consistía en pasar a cinta perforada el original mecanografiado por los redactores, me llamó la atención una falsedad  cuya veracidad nadie se molestó en contrastar conmigo y que, como me afecta, debo desmentir.
Dice el entonces teletipista—no redactor y por lo tanto no afectado por la elaboración de originales—que “en EFE, los reporteros tenían una orden casi tajante, todas las ruedas de prensa con funcionarios que tuvieran que ver con Relaciones Exteriores o con la Presidencia había que preguntarles cuando se reanudarían relaciones diplomáticas con España. Era como una obligación”.
Es decir, que la agencia de noticias EFE era en México una herramienta política camuflada del Gobierno Español en el que mandaba Francisco Franco.
¿EFE agencia de noticias o EFE agente del franquismo?
Emplazo a Carlos Ferreyra Carrasco, Edilberto, Francisco Rubiales Moreno y Manuel Molares do Val, los cuatro redactores que además del colaborador taurino Ricardo Colín trabajaron conmigo, para que confirmen o desmientan si, en alguna ocasión, intenté orientar o condicionar políticamente su trabajo.
Ni mi respeto a su libertad me lo habría permitido ni su dignidad profesional lo hubiera tolerado.
(Tuve la suerte de que me distinguieran con su amistad influyentes mexicanos que me tenían al tanto. Al principio de aquel verano que concluyó con los fusilamientos que en Septiembre determinaron a México a cortar las relaciones que no tenía oficialmente con España, el muy poderoso empresario del hombre que añadió el de la trompeta a los sonidos del mariachi, me convocó a una reunión. “He estado con el presidente”—me dijo—“y me ha dado a entender que está preparando la reanudación de relaciones con España”.
Cuando hicieron ministro en España a Pio Cabanillas, el hombre más allegado al presidente Echeverría me pidió si podía hacer  llegar “la satisfacción del gobierno mexicano” por el nombramiento.
Mi despedida de Echeverría en los Pinos fue épica: me encargó que convenciera al gobierno de Arias Navarro para que lo invitara a hablar en las Cortes Españolas.
¿Por qué de nada de eso informé? Porque en lo cinco años previos a mi llegada a México había aprendido el valor del “on the record”, “on background y “off the record”.
Lo primero puedes reproducirlo textualmente y atribuirlo a quien te informe, lo segundo sirve para que se entienda lo que ha querido decir y lo tercero es como si no te lo hubiera dicho.
La ignorancia de un ignorante, por lo que de él recuerdo nada desinteresado y más bien parcial, desmiente con la ayuda de la propia Agencia EFE la trayectoria que siguió fuera de España como organización estrictamente informativa que era, y no como agente político de que la señala.
Desde que me echaron de EFE el año 2000 por haber cumplido 57 años, no he sabido nada de la dirección de EFE hasta hoy, cuando intenté hablar con su Presidente y alertarlo de lo que su Agencia había publicado sobre sí misma.
Naturalmente, la persona con la que me pusieron en contacto, supuestamente la secretaria del Presidente, no sabía nada del asunto porque, me aclaró, el libro que yo ya había recibido desde México, a la dirección de EFE todavía no había llegado.

Lo que la Bernarda lleva entre las ingles es, definitivamente, la casa de tócame roque.