martes, 9 de mayo de 2017

LA HORA DE CIUDADANOS



La gente antigua era mucho más tonta que la moderna porque: predecían el futuro por los presagios y no por el resultado de las encuestas de opinión, como ahora hacemos.
Un suponer; si en Francia ha ganado un partido parecido al español de Ciudadanos, Ciudadanos ganará en España las siempre inminentes elecciones.
Aunque todavía se esté seleccionando y espulgando la nómina de los que en un futuro cercano serán encuestados, sus resultados pronosticarán un ascenso imparable de Ciudadanos y un cataclismo para socialistas y populares.
¿Por qué?
Por simpatía, que significa compartir emociones, y es un elemento tóxico de imparable efecto multiplicador.
¿Qué español genéticamente envidioso (la envidia es la virtud que estimula el progreso del hombre) no quiere que los suyos ganen y que los contrarios pierdan?
Son dos deseos interrelacionados: para que un individuo gane, su adversario tiene que perder.
¿Y quienes son los adversarios en España de los del Partido Ciudadanos?
Todos los que se nieguen a votar en las elecciones al Partido Ciudadanos.
Aparte de alianzas coyunturales entre partidos con siglas diferentes, y cuyo objetivo último es engullirse mutuamente como la serpiente pitón engulle a la cabra que se confía, los partidos políticos aspiran a metabolizar en sus organizaciones a las adversarias.
Así que Ciudadanos, una organización política invasora de la política española como las serpientes pitón lo son de la fauna de Florida, esto del triunfo en Francia de sus correligionarios ideológicos les ha puesto pilas nuevas.
Rivera ya se ve mandando en España, como manda en Francia Macron.
 Y con más acompañantes y más vistosas que la que acompaña al francés.