lunes, 29 de mayo de 2017

DE PALACIO DE CONGRESOS A HOSPITALde



Hay en este mi pueblo que es Palma del Rio una demanda casi general de que se dote a la población local y comarcal de un hospital capaz de atender las necesidades sanitarias, muchas de las cuales se derivan a hospitales de la capital de la provincia, Córdoba.
Solo los más izquierdistas que los menos izquierdistas del PSOE, que gobierna el Ayuntamiento desde que los alcaldes se eligen, muestran reticencias a la exigencia del hospital.
Por razones necesariamente políticas porque argumentar motivaciones prácticas sería descabellado, los mas izquierdistas que los del PSOE quieren que se amplíe el viejo, alejado y relativamente mal acondicionado ambulatorio, fuera del casco urbano.
Si los partidarios de construir el hospital de nueva planta justifican su demora en la necesidad  de que la Junta de Andalucía dote de fondos el proyecto, hace ya dos años que el Ayuntamiento podría haberle comunicado que no necesitaba construir el edificio del Hospital porque ya estaba construido.
Hace esos dos años que se inauguró un Palacio de Congresos que desde antes de que se iniciaran las obras se sabía que no iba a servir para nada más que parta justificar los salarios necesarios de mantenedores y cuidadores. 
Ese pomposo Palacio de Congresos de mi pueblo es una construcción de estructuras modulares internas, fácilmente adaptables a las necesidades hospitalarias, sin apenas desembolsos.
Está enclavado en el casco urbano, con fácil acceso peatonal y, hasta ahora y desde que lo inauguraron, solo se ha utilizado para acoger a motoristas de Vespa que lo usan como meta de llegada.
Hay que reconocer que también sirve para que los autores literarios locales presenten sus obras.
Solo en espera de que varios cientos de premios nobel ocupen sus butacas, dispone de un salón de actos desde el que seguir  plácidamente las platicas.
También lo hace idóneo su enclave en el casco urbano, que evitaría dedicar autobuses o automóviles privados para que los pacientes vayan y vuelvan al ambulatorio actual.
Tiene ese palacio de congresos ornamental un inconveniente que seguramente imposibilitará su destino a Hospital Comarcal: la  ridícula cantidad de dinero que habrá que manejar, en comparación con la fortuna que cambiaria de las muchas manos si el hospital se construyera, si es que alguna vez de construye, de nueva planta.