viernes, 23 de junio de 2017

ZARZA Y LA CALOR



Seguramente no cree,  un derecho que nadie le discute en que, como no fue Dios el que creó el mundo tampoco puso a Adan y Eva para que disfrutaran de las delicias del Eden.
Me refiero a Vicente Zarza, que funge como delegado de Educación de la Junta de Andalucía en Huelva.
Don Vicente, por lo que dice o deja de decir, está convencido de que Eva y Adan eran jornaleros explotados por el terrateniente que era Dios para que tuvieran el Paraiso perfumado, a cambio de una rebanada de pan negro y una tenue loncha de tocino añejo.
Y es que el señor Zarza, quizás porque descienda de un antepasado experto en limpiar de ese molesto arbusto los amenos campos de cultivo del señorito, cree que el hombre no tiene que disfrutar de la naturaleza, sino servirla.
Cobra así sentido la decisión que, como responsable de educación en Huelva, adoptó ante la demanda de que en las aulas  se instalen acondicionadores de aire para que alumnos y maestros sobrevivan al infierno veraniego.
 Zarza dijo que no y tuvo la gentileza de argumentar su negativa: “porque originaría gastos y dañaría nuestro planeta”.
Como personero de ese partido socialista que predica con el ejemplo de sus dirigentes la conducta que deberían seguir los todavía no socialistas, seguramente el compañero Zarza no tendrá acondicionador de aire en su despacho, su domicilio ni su coche.