martes, 27 de junio de 2017

LA SUERTE



Hay peces que no siempre nadan a favor de la corriente, sino que lo hacen remontando  torrentes y cascadas.
Por ejemplo, los salmones de la clase diadromonos que, para que se entienda, son los que nacen en arroyos de agua dulce del interior para, posteriormente, dejarse llevar por la corriente hasta el mar de donde, ya adultos, regresan para desovar en las aguas altas en las que nacieron y los pesque cualquier Caudillo.
Son bichos que, como algunos hombres, no resisten la tentación de complicarse la vida yendo de un sitio para otro para que, al final, los entierren donde nacieron.
Hay una peculiar especie humana, los catalanes, que se empeñan en luchar contra las corrientes de su destino en lugar de quedarse en su origen para servir de ejemplo a toda la humanidad.
Ahora que están empeñados en que su futuro lo marque el recuento de las papeletas echadas en urnas que lo mismo sirven para elegir alcaldes que estados más o menos dependientes, quizá les aprovechara mirar al pasado para trazar su futuro.
Es un proceso farragoso y caro en el que se han metido: tienen que llenar de urnas el territorio para elegir unos representantes que, en su nombre, decidan si quieren ser libres como el viento o seguir encadenados a España, como el barco inmóvil sujeto por el ancla al arrecife.
Que echen la vista atrás y verán su futuro en el pasado, en aquel Consejo del Ciento de Barcelona, modélico como sistema de autogobierno.
Fernando Segundo de Aragón, que por entonces era para Cataluña lo que España lo es hoy, instauró un sistema por el que los miembros del Consejo del Ciento de Barcelona, que eran lo que ahora son los concejales, fueran elegidos por sorteo.
¿Hay factor más imparcial que la suerte para decidir entre opciones opuestas?
Que en éste 2017 sea también la suerte la que decida, mediante el sistema impuesto por Fernando III de Aragón  en 1510, si los catalanes quieren seguir encadenados a las cadenas que los ata a España o que sean las esposas de sus propios compatriotas las que los apresen.
Que echen la vista atrás y verán retratado su futuro en el pasado.
Como ser humano que conoce al ser humano, me fío más de la suerte.