martes, 18 de julio de 2017

LOS ROBOS DE LO PUBLICO



Sopla sobre el estercolero que es España el hediondo tufo de la corrupción que todo lo impregna, que todo lo pudre.
El sol que nunca se ponía sobre alguna de las partes que era antiguamente España lo tapa cada día sobre la nueva la nauseabunda nube de la corrupción, de las corrupciones.
Hoy, éste aciago 18 de Julio aniversario de aquel lejano en el que España empezó a amanecer, otro pestilente tufo le roba el aliento a los españoles.
Y es que a Angel María Villar, papa vitalicio de esa cofradía que como el futbol hermana a todos los españoles, lo han trincado porque parece que se quedaba con lo que no era suyo hasta que pasaba a su propiedad.
Para evitar robos al patrimonio llamado público porque se supone que es de todos, la solución dolorosa pero infalible ya se experimentó en España durante mucho pero insuficiente tiempo.
Que toda España, con sus rios y valles, sus fábricas y tierras labrantías, sus jardines y sus verederos, tenga un solo propietario como en sus tiempos lo fue el Caudillo.
Que sería todo lo tirano que lo acusan ahora de haber sido, pero que no robaba.
Porque, ¿para qué iba a robar una parte de lo que era suyo, si ya era dueño de todo?