martes, 8 de agosto de 2017

DICTADURAS MILITARES



Suelen sobrevenir las dictaduras cuando parte de la población de un país coincide con la opinión del futuro dictador en que el desgobierno imperante tiende irremediablemente a empeorar.
A algunos de los dictadores se les ha llamado “cirujanos de hierro” porque le metieron el bisturí al cuerpo social del país cuando su pulso se desbocaba o el encefalograma ya era casi plano.
¿Anda ya la España actual en esas circunstancias, en la que es aconsejable poner en peligro lo que le quede de vida para tratar de evitar la muerte?
Que en lo que llevamos de siglo España es un enfermo crónico lo atestiguan las dos operaciones a vida o muerte a la que tuvo que ser sometida.
Los dos cirujanos, aunque generales ambos,,eran distintos: El primero quería que los ascensos militares se produjeran según el escalafón y el segundo que pudiera ser por méritos de guerra, de manera que mientras más subordinados cayeran en combate, más ràpido seria su ascenso.
El primero, Don Miguel Primo de Rivera, viudo prematuro que tenia amantes mas o menos ocasionales como La Caoba, solo necesitó ejecutar a los asaltantes del exprés de Andalucía para que la plaga de desórdenes y asesinatos acabara en España.
El segundo, el casto, puro, e introvertido Franco, solo se fiaba de sí mismo por lo que carecía de amistades y, desde su soledad interior, fusilaba sin piedad a todo el que sospechara que podía suponer una amenaza para su poder personal e indivisible.
¿Necesita ya España un tercer dictador militar?
Ahora la oferta de candidatos se ha ampliado y, por primera vez, podría ocupar el honor y el cargo un militar de izquierdas: el bravo general José Julio Rodriguez, de Podemos, que tan gallardamente permitió que huyeran de su fragata unos piratas del Mar Rojo, que se escaparon en su bien artillada lancha neumática.