A los mozos de
escuadra les corresponden las funciones de investigar, prevenir y perseguir delitos, que antes desempeñaban en Cataluña la Guardia Civil y la Policía Nacional.
El atentado
terrorista de Las Ramblas debería haberlo evitado el cuerpo de los Mossos, lo
mismo que antecedentes previos como la explosión en el chalet de Alcanar, el
origen y propósito del centenar de bombonas de butano allí encontradas y los
restos humanos enterrados bajo los escombros.
Si lo hubieran
hecho como estaban obligados a hacerlo y además hubieran tenido el conocimiento
que deberían haber tenido de las reuniones que los futuros terroristas
mantenían con su imán, la trama delictiva no habría tenido oportunidad de
cometer sus delitos.
Nada de eso
hicieron y, por eso, los terroristas pudieron delinquir y sembrar el terror en
Cataluña.
Puede que si
esas funciones las hubieran seguido desempeñando la guardia civil y la policía
nacional, los terroristas también hubieran cometido sus crímenes.
Pero hace años
que a las fuerzas nacionales de seguridad las relevó en ese cometido la policía
autonómica catalana, los mossos d,esquadra.
Sorprende por
eso que el gobierno independentista de Cataluña colme de elogios a su policía
autonómica por su actuación en los sangrientos incidentes, indudablemente
eficaz en la represión de los crímenes.
Pero silencia
que esos delitos fueron posibles porque su policía autonómica no fue capaz de
detectar y cumplir su obligación de investigar indicios evidentes de la trama
terrorista.
Los mossos no
se enteraron, o no consideraron relevante, la explosión con al menos dos
muertos en la casa de Alcanar, ni
sospecharon del centenar de bombonas de butano que allí encontraron.
Tampoco
parecieron enterarse del proceso de radicalización que el imán, posiblemente muerto
en la explosión, había emprendido con los posteriores terroristas.
Los elogios
del gobierno catalán a su policía autonómica seguramente eran merecidos por los
mossos de esquadra, pero no por su investigación sobre las actividades
criminales de los terroristas.
¿Premiará el
gobierno de Puigdemont la labor de investigación y prevención de su policía
autonómica sobre otros disidentes catalanes, no necesariamente terroristas?