Estos
españoles de ahora somos como aquellos conejos que, según, romanceba Iriarte, perdieron tanto tiempo
discutiendo sobre si los perros que los perseguían eran galgos o podencos que a los dos los devoraron los que tenían la
intención clara de comérselos.
En el Pleno
del Congreso los hemos visto hoy entretenidos en averiguar si el Partido Popular
roba mucho o poco y en si hay algún otro partido que robe más, porque la mano en el bolsillo público la han metido todos a los que se les dio ocasión de meterla.
Con qué gusto
y con cuanto regodeo presenciarían los separatistas catalanes desde sus escaños
en el mismo Parlamento la disputa por averiguar si el Partido Popular roba más
que el Socialista o si el Partido Socialista roba más que el Popular.
Mejor no meter
en aquel contubernio de policías contra carteristas al partido Ciudadanos
porque tiene por costumbre considera ladrón al gobierno de la Comunidad de
Murcia o al alcalde de Granada cuando cree que lo beneficia o asperger con
agua bendita a la Comunidad de Andalucía, por muy profanadora de tumbas de los que yacen en los cementerios que sea.
Y de Podemos, ¿qué?
Pues Podemos
sabe lo que quiere y cómo lograrlo.
Quiere y está
consiguiendo carcomer los cimientos del Estado Español que es el Partido
Popular, lo mismo que habría hecho con el Partido Socialista, si hubiera sido
el que gobernara al Estado.
Para lo mismo hace
manitas con el separatismo catalán. Si el gobierno de Mariano Rajoy permitiera
por omisión de acción que Cataluña sea independiente, el partido popular se
evaporaría de España, o de la España que quedara después de la secesión de
Cataluña.
De la actual
España, solo no gobernarían en la separada Cataluña.
No. El
separatismo catalán siempre ha contado con el apoyo tácito o explícito de
Podemos, que se oficializará en el momento de la independencia, como
culminación del paso final para el gobierno revolucionario hernandezgalanista
de España.
Y es que, como
Chavez da nombre a la revolución venezolana, Hernández y Galan, los capitanes fusilados por
anticiparse al proclamar la añorada república, serán los demonios tutelares del
Estado Revolucionario Español) que naturalmente incluirá a Cataluña.