viernes, 1 de septiembre de 2017

IGUALITARISMO ISLAMICO



En aquellos tiempos en los que uno leía sin que la vista se le cansara, lo apasionó “Hitler moves East”, que permitía seguir paso a paso los de cada una de las unidades militares alemanas, con el respaldo tácito y táctico de su aliado soviético.
Nunca como entonces fue tan evidente la división ideológica del mundo: los países de izquierdas porque daban prevalencia a la igualdad sobre la libertad, aliados contra los de derechas, porque defendían que la libertad debe prevalecer sobre la igualdad.
En el palenque en que se desarrolló aquel combate épico ganaron los partidarios de la libertad y, sobre todo, un partidario de la igualdad que cambió de aliados a mitad del conflicto: la Unión Soviética.
El pernicioso igualitarismo, contradictorio con el individualismo de la libertad personal, ha acabado marcando desde entonces la evolución del mundo.
Durante la larga posguerra, se ha asentado la filosofía de que los ciudadanos tienen el mismo derecho a beneficiarse de la aportación de todos al Estado, sin importar lo que cada uno haya contribuido a ese fondo común que son los presupuestos estatales.
Es la igualdad de derechos sin igualdad de obligaciones.
Lleva años desarrollándose una nueva revolución también impulsada por la igualdad, aunque no política ni social: religiosa.
Es el Islam, que ha vuelto a Europa esta vez con intención de extenderse al resto del mundo, para establecer una nueva división bipolar: la creciente de los musulmanes contra la decreciente de los que ellos llaman infieles.
Libertad cristiana contra igualdad islámica.