Hay urnas electorales
y urnas funerarias.
Las electorales
sirven para enterrar la voluntad personal bajo el fango de la decisión
colectiva.
En las funerarias
se sepulta al individuo para que, perdida su identidad, se funda y
confunda con el lodo del que formará parte inerte.
Urnas
funerarias y urnas electorales.
Utensilios para
soterrar la libertad del individuo bajo el estiércol yerto de la pasión de la chusma.
¿Será romperlas
el destino más útil y provechoso de las urnas?