miércoles, 13 de septiembre de 2017

PAYASOS



Lo más desesperante para los espectadores de cualquier espectáculo tragicómico es aguardar el desenlace de la función.
Y si hay trama teatral cansina es la que desde hace siglos representan los mismos personajes aunque con distinto disfraz en Cataluña: el que quiere darse el piro y el que no lo deja que se lo dé.
¡Con qué suspiro de alivio acogerán los espectadores el ritual “la comedia é finita” de la ópera Pagliacci cuando el protagonista se cargue a puñaladas a su frívola concubina Nedda y a su amante Silvio.
¿Es ese un final adecuado para la ópera Payasos? ¿Es el que se merece el de la tragicomedia catalana?
En el teatro y en la vida el final de la función, que es la sucesión de hechos y dichos por actores y pueblos, siempre es congruente con lo que hayan hecho o dicho a lo largo de la comedia.
Y para evitar que lo de España, con Cataluña, como parte de o aparte de ella, no escape a la regla general.
Por compasión hacia los sufridos espectadores, a los que ya se les desencajan las mandíbulas de tanto bostezar, que alguien baje cuanto antes el telón.
Cómo termine lo que desde hace tanto tiempo empezó es más soportable que si los buenos o los malos ganen o pierdan.
Paula maiora canamus, que quiere decir “vamos a dejarnos de gilipolleces para centrarnos en  comernos la sopa antes de que se enfríe”.