lunes, 19 de febrero de 2018

INFLUENCER O POLITICO


Si en vísperas de rebasar los tres cuartos de siglo te percatas de que tienes cuerda para rato porque han puesto 9999 como fecha de caducidad del carné de identidad recién renovado, hay que olvidar las frustraciones del pasado para gozar los deleites del futuro.
Analizando lo que la vida fue hasta ahora (contarle a la gente que no estaba allí lo que por estar allí presenciaste) hagamos del futuro un tiempo más satisfactorio de lo que lo fue el pasado.
Una rápida ojeada (un cursi diría tour d,horizon) revela que hay dos posibilidades para invertir el tiempo con máxima rentabilidad  de satisfactores pecuniarios y esfuerzo mínimo: político e influencer.
Para lo primero se requiere aparentar sumisión y expresar adulación en todo momento al jefe y exigirles el mismo trato a los subordinados.
Lo de influencer consiste en convencer al que le quieras sacar los cuartos de que tienes en las llamadas redes sociales un rebaño de sumisos seguidores que leen lo que tú escribes, escuchan lo que dices y hacen lo que tú les aconsejas.
El o la influencer ni siquiera tienen que aclararle al o la que le hace la propuesta que, si la acepta en los términos propuestos, los influidos por la o el influencer, pasarán a ser influidos subsidiariamente por quien pague la cuota.
¿Y ganan mucho los políticos y los influencer?
Mucho más que cavando en una huerta, levantando una tapìa o apacentando ovejas.



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