martes, 15 de mayo de 2018

RESPONSABILIDAD PROPIA Y CULPA AJENA


En algún momento de su vida todo ser humano y toda nación, que es un colectivo de seres humanos, debe  adoptar una decisión de la que dependerá su fortuna o su infortunio.
No solamente condicionará el futuro del colectivo. También influirá en el juicio que se dicte sobre su pasado.
Es uno de los antes y después en los que los ciudadanos del país, de manera inconsciente, afrontan el futuro como continuación del presente y prolongación del pasado, al cambiar normas de interrelación de pueblos y personas..
Revolución se llama el fenómeno porque las normas de convivencia vigentes hasta entonces desaparecen para que rijan nuevas reglas que condicionarán el futuro.
Es España un país con tanta o más experiencia que sus vecinos en su capacidad de adaptación a normas desconocidas, impuestas después de que los nuevos gobernantes decreten la ilegalización de las anteriores.
A España la hace singular su particularidad en el momento de la Historia Universal (el universo de entonces era Europa) en el que el cristianismo, religión que sedimenta la cultura de aquel entonces, se escinde por la Reforma Protestante.
En esencia, los protestantes suelen coincidir en que “solus Christus” (únicamente Jesucristo) otorga a los pecadores perdón que se recibe a través de la fé”.
Esa teoría se conoce por “justificación por la fé” y difiere de la que defiende la Iglesia católica a partir del Concilio de Trento: la necesidad  que el hombre tiene de cumplir los preceptos y normas que fije la jerarquía eclesial  para salvar su alma.
Si el hombre está capacitado por sí mismo para lo que más le importa (salvar su alma) tanto o más responsable es de procurarse sin ayuda la satisfacción de sus necesidades temporales.
Puede que sea por eso por lo que el sistema de organización social y política conocido por democracia sea más eficaz en países de cultura protestante.
Los ciudadanos de países de tradición católica ceden la responsabilidad de la salvación de sus almas a la jerarquía eclesial y la de satisfacer sus necesidades materiales a los gobiernos.
La culpa de previsibles desgracias es siempre del que manda, nunca del que obedece.
España.


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