Uno, que es algo comprensivo y bastante
pánfilo, entiende la necesidad de Ciudadanos de marcar frontera con el Partido
Popular para que, quien no tenga estómago para dar su voto a un partido rojo,
se lo de a ellos y no al PP.
Pero de lo que
no parecen percatarse, o se han percatado y les da igual, es de que, si privan
de su respaldo al Partido Popular, el que se beneficia es el Partido
Socialista, el adversario común.
--O a “Podemos”
(Podemos es lo
que al PSOE le gustaría ser pero todavía no se ha decidido a ser, aunque cada
día está mas cerca de serlo).
Y es que esto
de la democracia es muy parecido a esos reportajes que tan bien se ven en
televisión (les garantizo personalmente que mejor que sobre el terreno) en los
que unos mamíferos carnívoros se comen por turno a otro bicho muerto, al que
dejan mondo y lirondo los últimos comensales, los buitres.
¿Hay mayor
semejanza que la del votante acosado por los políticos para quitarles su voto,
que es su voluntad, y los carroñeros que son los partidos en disputa por sus
despojos?
Lo vemos cada
demasiado poco tiempo en éstas praderas selváticas en las que los antílopes,
que son los votantes, pacen descuidadamente acechados siempre por los
políticos, que aguardan ojo avizor el momento idóneo para arrebatarles su
confianza, que es su voto.
Mucho mas
glorioso y acorde con el mundo del espectáculo sería abolir esta lucha encubierta por el poder que es la
política y recuperar las antiguas maneras.
Que los que aspiren
a mandar, sin más norma ni regla que la de vencer, se enfrenten en una lucha abierta
hasta que uno de ellos caiga a los pies del vencedor o salga huyendo a
trompicones y tambaleándose.
Sería como
este paripé de enfrentamiento entre dos que son las elecciones, pero más
entretenido y a lo macho.