Por si a
alguien le quedaba alguna duda, se la ha aclarado el muy demócrata (y además
socialista) Pedro Sánchez.
Eso de
la democracia, que tanto les gusta encomiar los que en la práctica la
desprecian, sirve como a los violadores su víctima,
Ahí
tienen a un demócrata de boquilla de toda la vida, el tal Pedro Sánchez que, en
cuanto tiene ocasión de elogiar la democracia la elogia y, cuando cree que
nadie se dará cuenta, se la salta a la torera.
Dicen
los que saben que eso de la democracia es como un banco con tres patas: los que
hacen las leyes, los que aplican lo legislado en abstracto a cada caso
particular enjuiciado, y los que ejecutan la correcta aplicación de lo
sentenciado.
Y, ¿qué
pasa si los que tienen que aplicar la ley obligan a tergiversar o cambiar los
hechos enjuiciados, imponiendo su fuerza ejecutiva?
Pues que
el tinglado democrático se viene abajo y el sistema que llevaba medio siglo abominando
de la dictadura que lo antecedió retrocede a otra dictadura todavía más
abominable que la anterior.
Porque,
en la primera, los españoles fueron sometidos por la fuerza pero en ésta se han
sometido por idiotas.