Cavilaciones
obsesivas sobre las razones que han movido a la
Junta de Andalucía a pagar 620.000 euros por
el estudio de un río del norte de Marruecos desembocaron en una inevitable
confusión.
El río es el Lukus, que cien
kilómetros después de nacer en El Rif, desemboca en el Atlántico por Larache.
Las razones del gobierno de José
Antonio Griñán para financiar el estudio del río marroquí han podido ser:
1.-Que a la
Junta de Andalucía le sobre dinero porque ha
resuelto ya todos los problemas de Andalucía y los andaluces.
2.-Que, con la inversión en
Larache, maquina ganarse la voluntad de los marroquíes de aquella zona, para
facilitar su anexión.
3.-Que la inversión la haya
planeado algún influyente funcionario de la
Junta con debilidades de sibarita y afición
desmedida a las angulas, abundantes en los meandros del Lukus.
Como ninguna de esas razones
pueden aducirse con seriedad para justificar el dispendio, habrá que buscar
otras más plausibles.
1.-Marruecos es el país más
cercano a España y en el que la permisividad de sus autoridades hacia la
corrupción, el soborno y el fraude supera a la de las autoridades españolas.
2.-Que, si fraudes como los de los
ERE tardó años en aflorarlos la prensa española, la amordazada prensa marroquí
no se atreverá nunca a hurgar en los tejemanejes del Lukus.
3.-Que no se puede comparar el
glamour y el lujo que habrán disfrutado gratis los técnicos y funcionarios de la
Junta para estudiar, discutir, evaluar,
recomendar y aprobar el proyecto del Lukus, con el escueto almuerzo en un bar
de pueblo si, por ejemplo, hubieran ido a Palma del Río a aprobar la solución a
un problema similar al de Larache.
Cada año, con precisión
cronométrica, el Genil se desborda e inunda poblaciones como Ecija o Palma del
Río, donde desemboca más de 300
kilómetros después de su nacimiento,
en Sierra Nevada.
El desbordamiento lo provoca el
rebalse de las aguas del Genil en el medio arco de su curso alrededor de Palma
del Río, cuando lluvias en el nacimiento del Guadalquivir, en Cazorla, hinchan
su cauce.
Solucionar el problema periódico
del desbordamiento del Genil cuesta 300.000 euros. Una miseria al lado de los
620.000 de solo el estudio para resolver el problema del Lukus marroquí.
Los políticos y burócratas de la
Junta de Andalucía prefieren proyectos caros
a los baratos porque, naturalmente, al manejar más euros, más calderilla se les
queda entre las manos.