jueves, 18 de julio de 2013

LA PERFECCION DEMOCRÁTICA DE LA UNANIMIDAD l





  Nada tan frívolo en política como esgrimir la ausencia de oposición como falta de democracia.
   Me lo hizo ver hace más de 30 años Porfirio Muñoz Ledo, ministro de trabajo y reconocido cerebro teórico del presidente mexicano Luis Echeverría.
   Porfirio, hombre de cultura y por consiguiente sarcástico, me rebatió en una larga sobremesa mi tesis de que el mexicano no era el sistema democrático que alardeba, por la inexistencia de oposición.
   “Nada más inexacto”, me corrigió con sorna, “la unanimidad de apoyo es prueba de la aceptación general de un régimen, la democracia perfecta”
   Sirve el diagnóstico del ministro mexicano para rebatir a los que acusan a la dirección del PSOE-Andalucía de antidemocrática por apoyar a la candidata del aparato a las primarias, entorpeciendo las candidaturas que se le intentaban oponer.
   A Susana Diaz, la candidata designada por el Partido, la avalan más de la mitad de los militantes andaluces. ¿Puede haber un consentimiento mayor sobre el acierto de su designación?
   Tan profundamente democrático es el aparato burocrático del PSOE de Andalucía como otros también criticados en el mundo.
   ¿Disentían los rusos de Lenin o Stalin? ¿Se oponían abiertamente los que después se declararon perseguidos por Hitler, Mussolini o Franco?
   Declararse valiente a cuerno pasado es un recurso para igualarse en ese prestigio bárbaro de correr en los Sanfermines.
   Pero el gancho romántico de los jóvenes anglosajones a Pamplona es otra cosa: la  imposibilidad  de que consumaran carnalmente su amor el periodista Jake Barnes y la enfermera Brett Ashley, que se enamoraron en la guerra antes de que una herida dejara impotente a Barnes.
   Demostrar la oposición a una dictadura es tan costoso como revivir la historia de Jake y Brett.

viernes, 12 de julio de 2013

PRMARIAS SOCIALISTAS ANDALUZAS




   Lo mas sorprendente de las primarias del partido socialistas para suceder a Griñán en Andalucía es que se extrañen los aspirantes “no oficiales” del trato de favor del partido a su candadata oficial, la aparatchik Susana Diaz.
   Que nadie crea que uso el término que designaba a los dirigentes del aparato burocrático soviético como repulsa a ese sistema. De hecho, es admirable que consiguiera el eterno sueño del paneslavismo ruso, extendiera su dominio desde el corazón de Europa hasta el Pacífico y estuviera a punto de lograr una salida al Indico.
    La torpe intromisión de los Estados Unidos impidió la ocupación soviética de Afganistán y la implantación del comunismo en la fanática sociedad teocrática afgana.
   Los norteamericanos habrán aprendido que es más fácil librarse del comunismo que del fanatismo islamista.
   ¿Qué tienen que ver las primarias del partido socialista andaluz con la nomenklatura, los aparatchiks y Afganistan?
     Comunismo y socialismo proponen el control organizado de la sociedad, de los medios de producción y de todo lo que intervenga en el proceso. El partido socialista deja al individuo su decisión sobre el consumo.
  Tanto comunistas como socialistas reservan a sus partidos la responsabilidad de organizar a la sociedad según los moldees del partido.
   La nomenclatura (lista de nombres) era como se conocía a los dirigentes soviéticos del partido comunista, de  donde la dirección centralizada en el secretario general seleccionaba a los dirigentes políticos y administrativos del Estado.
    Todos ellos, y solo ellos, podían aspirar a formar parte de la clase dirigente del Partido y del Estado.
    Los aspirantes a candidatos José Antonio Rodríguez y, sobre todo, el leído y viajado consejero de agricultura Luis Planas,  deberían haber sabido que quien toma una decisión al margen de la nomenklatura partidaria se convierte en disidente.
   Para socialistas y comunistas, fuera del partido no es posible nada y el partido sabe que siempre le será más fiel quien durante toda su trayectoria haya vivido del Partido.
   La obediencia de quien pueda vivir sin que el partido le pague es un riesgo para la organización, y no se toleran decisiones independientes individuales ajenas a las que el aparato y sus aparatchiks adopten.