domingo, 1 de octubre de 2017

POLICIAS ACOSADOS



Una veintena de uniformados de negro, amparados por grades escudos protectores y que blandían golpeando el aire con sus porras policiales, retrocedían ante el acoso de una hosca pandilla de energúmenos que los perseguía por las calles de una ciudad.
Lo he visto esta mañana no sé si por el canal 4 o el 6 , las dos emisoras que, por el aprovechamiento de lo que está pasando en Barcelona, se diría que han organizado el espectáculo del desbarajuste de Cataluña.
Y lo que por la televisión presencié esta mañana me avivó la memoria de tiempos pasados en una lejana ciudad que es de hecho la capital del mundo, Washington Distrito de Columbia (DC).
Dormía tan apaciblemente como sigo durmiendo ahora cuando, de amanecida, me despertó el teléfono:  era una vecina que me alertaba de que me iban a destrozar el coche, un Volkswagen  de capota retraíble de lona engomada, similar a los que usaban los famosos nazis.
Llegué justo a tiempo. Bajaban los blindados de la guardia nacional despejando a trompada limpia los vehículos que los manifestantes pacifistas antivietnam habían colocado en medio de la calzada, para escudarse de la represión policial.
Acompañado como le requerí que hiciera por el policía con el que hablé en mi portal, estacioné en lugar seguro mi coche y los manifestantes continuaron su manifestación y los soldados de la Guardia Nacional dándoles palos a los alborotadores.
Parecido a lo de Barcelona: la única diferencia es que en Washington los manifestantes huían de la Guardia Nacional y, en Barcelona, son los policías los que huyen de los alborotadores.