miércoles, 11 de noviembre de 2020

EL LIO

 

Nos han metido en un lío: con lo bien que nos fue obedeciendo al que mandaba porque nos castigaba si no lo hiciéramos,  nos dijeron que nosotros mismos deberíamos decidir quien nos mande.

   Se formó el lío que cada vez se enreda más: engatusados con eso de que todos somos capaces de mandar, ni los más tontos se resignan a seguir siéndolo porque todos son tan iguales para obedecer como para mandar. 

   Nos engañaron a los que estábamos destinados a obedecer: nos convencieron de que todos somos iguales y, ya engatusados por esa aberración, todos quisimos ser el que manda y ninguno el que obedece.

      Se cargaron siglos de sabiduría popular, resumida en el axioma (verdad que no precisa ser demostrada) de que "el que buen carajo tiene, seguro va y seguro viene".

    Los observadores, que son esos individuos que miran con tanta atención que parecen mochuelos porque ni parpadean, apuntan que es propio en la naturaleza humana que el que manda considere enemigo al que se atreva a poner en duda su capacidad de mandar.

  -- ¿Y qué se puede hacer?

  --Pues lo que se ha hecho en ocasiones parecidas desde que el primer descontento por obedecer se libró del que mandaba: cargárselo.

    --Pero matar es un crimen.

     --Cargárselo no solo quiere decir matarlo, aunque tampoco habría que descartarlo. Para cargarse al que mande basta quitarle el poder y obligarlo a obedecer-

 

sábado, 7 de noviembre de 2020

MUJER, CATOLICA Y MESTIZA

 

    Los Estados Unidos están acostumbrados a sobrevivir a presidentes del Partido Demócrata como lo fue Kennedy, que estuvo dispuesto a mandar el fin del mundo por unas simples bombas atómicas que Rusia montó en Cuba.

   Los norteamericanos, que resistieron lo de Cuba, lo de Vietnam  y hasta el desmadre de Obama, puede que no estén preparados para  que Kamala Harris, una mujer que además de católica es negra,  presida los Estados Unidos.

    Esa es la pregunta que se hace alguien que ama a aquellos Estados Unidos en los que vivió cinco espléndidos años, cuando la nación más poderosa de la tierra estuvo tutelada por Richard Nixon, un auténtico WASP ( blanco, anglosajón y protestante).

    Es el de los Estados Unidos un pueblo vigoroso y aguantador: ha sobrevivido a presidentes como Jimmy Carter o Kennedy.

    Pero, ¿sobrevivirá a una presidenta mujer, que además de negra sea católica?

   Para esa eventualidad deben prepararse los norteamericanos porque Kamala Harris, una mestiza y católica nacida en 1964, será la obligada timonel del barco americano en caso de que falte el anciano ya presidente-electo Biden.

   Precavidos como son, hasta esa improbable posibilidad la proclaman como norma los Estados Unidos, en el texto “In God we trust”, (“Confiamos en Dios”) que aparece en los billetes de sus dólares.

    ¿Sobrevivirían unidos los Estados a una presidenta y negra?

   Difícil es, a estas alturas del rudo quehacer que es la vida, acertar en el pronóstico.

Hay quienes se extrañan de ésta mi preocupación por lo que ocurra en un país que no es el mío.

    Porque espero que lo sea antes de que Dios me encargue otras tareas, en otro mundo.