viernes, 19 de junio de 2020

MUERTE


   No solamente sabían que morirían sino que, en sus manos, estaba reducir el número de los que iban a morir.
   Les hubiera bastado con avisar a los destinados a la muerte que la muerte los acechaba y que, para dificultar a la muerte que los matara, deberían evitar agruparse para limitar la mortandad.
   Pero habían sido ellos, los que hubieran podido evitar lo que no evitaron, los que habían organizado las manifestaciones multitudinarias y el trágico alboroto cómico que acabaría siendo trágico.
   Y los muertos por no saber que podrían morir murieron sin saber que su muerte había sido el último servicio que prestaban a los que, sabiendo que podrían morir, los alentaron a acudir en busca de su muerte.
   Y la muerte no los igualó.
   Los que sabían que podrían morir no murieron y los que ignoraban que los habían empujado a la muerte murieron.
   Tampoco sabían que los que no evitaron que muerte esconderían que habían muerto.