Si algún español le paga al Estado lo que el Estado le exija
y cumple las obligaciones fiscales y cívicas con que el gobierno lo grava, está
haciendo el canelo.
Porque no hay reciprocidad
en esa relación que, hasta en España, establece que el que paga en tiempo y
forma un servicio que se le promete a cambio, lo recibirá.
Siempre tiene un
pretexto el Gobierno del Estado para no hacer honor al compromiso que contrajo
con el pagador del impuesto.
Pretexto tan
repetitivo que no hay ni que inventar culpable para todos los casos por dispares
que sean: si el gobierno no cumple lo prometido es porque la oposición se opone
al gobierno y a sus iniciativas gubernamentales.
Hay quien dice que
en las fases de gobierno dictatorial, en las que el bienestar del país progresa,
son imprescindibles para acumular ahorros que dilapidar en la siguiente fase
democrática.
Es una alternancia
de regímenes complementarios en la Historia de España: la democracia dilapida
el excedente de bienestar acumulado durante la dictadura previa.
Sol y sombra, inundaciones y sequias,
escuderos gordos de señoritos escurridos de carnes, voluptuosidad y mística.
España.