lunes, 28 de septiembre de 2015

CATALUÑA, EL ERROR ESPAÑOL





Fue la del 27 de Septiembre otra oportunidad perdida y veremos a ver cuando se presenta la próxima porque, a medida que el tiempo pasa, la cadencia parece acelerarlo.
Que le pregunten si no a un viejo si un año de hace treinta se esfumaba tan vertiginosamente como un año de ahora.
¿Cuándo se presentará una oportunidad como la perdida ayer para que España se libre de una pesadilla que, como la catalana, nos quita el sueño esporádicamente desde hace justo tres siglos?
Porque fue el 16 de Enero de 1716 cuando Felipe V de Borbón, el rey francés que sucedió al Austria Carlos II, firmó el decreto por el que prohibía las leyes, usos y costumbres por las que Cataluña se había regido hasta entonces y las cambió  por las que siguen en vigor ahora.
En definitiva, el decreto sustituyó por la de Castilla la organización del territorio catalán, las leyes catalanas por la castellana y la lengua catalana por el castellano.
Era una medida que cabía esperar porque Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares se habían pronunciado por el archiduque Carlos de Austria, derrotado por el francés Felipe que, con su victoria, impuso el centralismo francés a la confederación de reinos del Imperio Austriaco.
¿Y si en vez de castigar a los rebeldes a ser como los leales, FelipeV los hubiera obligado a seguir siendo como habían sido y los hubiera condenado a mantener los usos y costumbres que los llevaron a la derrota?
No lo sabemos pero lo cierto es que dos siglos más tarde, en 1939 otro vencedor, el invicto caudillo Francisco Franco, tropezó en la misma piedra.
Por haberse alineado con la República, Franco condenó a los catalanes al mismo castigo que Felipe V.
Les volvió a prohibir que siguieran siendo como eran, lo que les costó la derrota, y los obligó a ser como lo que a los no catalanes les había dado la victoria.
Es evidente, por las consecuencias derivadas de aquella decisión, que el Caudillo no era tan listo como se decía sino más torpe todavía que Felipe V porque, en vez de enmendar el error de aquel rey, lo repitió.
Si Franco hubiera prohibido a los catalanes en 1939 hablar español, regirse por las leyes de España y les hubiera cobrado un canon por comerciar con, viajar a y proclamarse a sí mismos españoles, no estaríamos ahora como estamos.
Psicología básica que hasta el bíblico Dios omnisciente ignoraba. Si hubiera mandado a Adán y Eva que se comieran aquella maldita manzana, antes de hacerlo se habrían muerto de hambre.