Son, al
parecer, 17 las comunidades autónomas españolas a las que, si se añaden Ceuta y
Melilla, se elevan a 19 las posibilidades de que lo de Cataluña se repita.
Y lo peor: que
tengan el capricho de escindirse sucesivamente y no todas al mismo tiempo.
Aterrador
futuro.
Si los
españoles se obnubilaran por turno tanto como se han enajenado por la de
Cataluña, ¿qué forma de vivir será ésta que nos aguarda a los españoles?
Una vida que
apetece poco ser vivida.
Es más que
necesario, urgente, rescatar de la historia la normalidad bélica española en la
que solo dos bandos se enfrentaban.
También acabar
con las autonomías serviría.
No
necesariamente sería una vida aburrida.
Podrían los
españoles disentir en asuntos de más enjundia: Real Madrid o Barcelona, Belén
Esteban o Campanario o incluso Messi o Cristiano (Ronaldo, desde luego).
“Paulo maiora
canamus”, recomendaba Virgilio y que quiere decir “dejémonos de chorradas y
hablemos de cosas serias”.