martes, 17 de julio de 2018

LADRONES EN FUGA


Por culpa de éste libertinaje de prensa que desde hace una temporada padecemos, uno no sabe a ciencia cierta qué ha leído ni qué periódico lo publicaba.
Pero juraría que ha sido “El Mundo” el que hoy titulaba que “El gobierno anuncia subidas impositivas y más margen fiscal para las autonomías”.
Si noticia es el relato de un acontecimiento novedoso, que suba impuestos un gobierno no lo es, y mucho menos, si su ideología se basa en traspasar al Estado la capacidad de decisión del individuo.
Lo que suena raro es lo de traspasar a las autonomías una mayor capacidad de despilfarro.
Porque en todos los regímenes de izquierda, como los que en sus días de esplendor tiranizaban Rusia y Alemania, era la cabeza de las hidras soviética y nazi la que decidía lo que había que hacer, aunque delegara en sus tentáculos locales la ejecución, sobre todo si se trataba de una ejecución sumaria.
A uno, que ya era listo cuando niño y al que su decrepitud le ha multiplicado la suspicacia que es   condición indispensable para la sabiduría, lo que se esconde detrás de esa nueva genialidad del nuevo gobierno le parece más claro que una alborada diáfana.
Aquí de lo que se trata es de centralizar el propósito y dispersar la atención del que quiera estorbarlo:  
Lo aprendí cuando anduve de bandolero y los miqueletes nos acosaban después de haber dado un golpe suculento: “Cada uno por su lado y alguno escapará porque, si nos quedarnos juntos nos trincan a todos”.
Así que, si las 17 autonomías y la fiscalidad central, que es la banda de bandoleros al completo se separan, lo mismo tendrán que hacer los miqueletes.
A alguno trincarán, pero los demás quedarán tan inocentes como una virgen núbil con un  lirio blanco sobre sus senos turgentes.