martes, 10 de marzo de 2015

EL DEBATE ANDALUZ



La de ayer fue una programación diferente a la habitual de las noches de los lunes en Canal Sur: en vez de los habituales reportajes, emitió un debate político entre tres candidatos a las elecciones parlamentarias regionales del 22 de Marzo.
Susana Diaz (PSOE), Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) y Antonio Maillo (IU), demostraron una vez más que, cuando se cambia para peor, más vale no cambiar.
La primera ratificó que, si a su partido le ha ido tan bien su manera de atenazar Andalucía  en los últimos casi cuarenta años, no tiene por qué irle mejor si cambia el modelo de satrapía.
Moreno Bonilla confirmó la sospecha de que lo equivocó el que lo quitó de secretario de estado de sanidad en Madrid para que fracasara como aspirante a Presidente de una Andalucía demasiado compleja para la simplicidad de su talante.
Antonio Maillo, convidado para que la pareja Diaz-Moreno completara el trío, repartió culpas que su partido había compartido con los socialistas para aparentar que, de los tres, era el menos culpable del desastre andaluz.
La avispada Susana Díaz demostró que es la más lista de los tres porque supo descargar en un ausente, el presidente del gobierno Mariano Rajoy, la responsabilidad de todo el desbarajuste andaluz minuciosamente patroneado por los Presidente socialistas de la Junta.
La culpa de que Andalucía ocupe los últimos lugares en medidores de bienestar social, educativo y de paro entre todas las regiones europeas y españolas la tienen las medidas de ajuste presupuestario del gobierno de Mariano Rajoy.
Así, la presidenta Susana Diaz culpó a Rajoy de la responsabilidad de los recortes sociales, el atraso educativo, la deficiente atención sanitaria, la galopante corrupción político-sindical y el escandaloso paro en Andalucía.
Al impávido lugarteniente andaluz de Rajoy, que escuchaba como un buda  inmutable cómo la socialista culpaba a su jefe por sus propias culpas, ni se le ocurrió precisar que las medidas del gobierno central afectaban a todos los gobiernos autonómicos y no solo al andaluz.
¿Y de la corrupción? La socialista, que de eso de meter la mano en provecho propio en lo que es de todos sabe mucho, por lo que dicen jueces y prensa, señaló a Bonilla como al auténtico capomafiosi.
La candidata socialista lo acosó para que admitiera cuantos candidatos imputados por la justicia figuraban en las listas electorales del Partido Popular.
Moreno Bonilla, ante la insistencia de su adversaria, guardó un tozudo silencio y se negó reiteradamente a contestar.
Como el que calla otorga, los que oyeron el debate llegaron a la conclusión de que los del Partido Popular en Andalucía tienen más candidatos implicados en casos de corrupción por la justicia que el Partido Socialista, el aparentemente beneficiado por la corrupción.
Con adversarios como los que designa el PP, los socialistas tienen garantizado para rato el control del cortijo andaluz. Sarna con gusto no pica.