sábado, 30 de noviembre de 2019

SABER Y NO SABER


Hay gente normal, (cada vez  más difíciles de encontrar), que cuando a alguien se le ocurre preguntarles por, un suponer, la distancia optima entre la fe y el conocimiemnto se queda absorta durante medio segundo y, finalmente, confiesa.”no lo sé”.
   Y hay gente lista: de esa que no sabe cómo pagar la letra mensual del  ordenador que ha comprado sin saber para qué sirve, y que te explica durante media vida  por qué no se puede vivir sin ordenador.
    Y hay, aunque cada vez cuesta más trabajo encontrarlos, los que saben tan poco que se admiran de que haya quien coma, beba, viva, vaya de vacaciones anuales y hasta de vez en cuando fume sin saber cómo ni por qué.
    Hasta que alguien se lo aclara: “por el estado democrático de derecho”.
    Y, como sigue sin entender, le aclaran que la cosa se basa en que los que tienen mucho deben darle a los que tienen poco.  
   Pero lo que, por fin lo convence es cuando le dicen que hay veces en las que los que no tienen nada se cabrean y matan a los que tienen más.
    --“Ah”, exclama, “les dan para que no se cabreen y no los maten, o lo hagan mientras más tarde mejor”.
    Y es que hablando se entiende la gente.