martes, 7 de marzo de 2017

DE BICHOS MASCOTA



Como es privilegio de los viejos tener cada vez más recuerdos que proyectos, es de ley que la referencia de lo que ahora ocurre sea lo que antes pasaba.
Por ejemplo, lo de la relación entre el hombre y los bichos.
Un gato, que ahora sirve para llevarlo a la peluquería y aguantar estoicamente su tiranía, antes se justificaba por su capacidad de acabar con aquellos ratones rapaces que se comían lo poco que en las casas se guardaba para que comieran las personas que las habitaban.
Por ejemplo, los perros: antes servían para ayudar al cazador de la familia a cargarse conejos, perdices o patos del campo, la casi exclusiva fuente de proteínas de la familia del dueño del perro.
La gente sigue comiendo perdices, patos o conejos, pero únicamente si, por haber nacido en granjas o criaderos, no estiman en nada la libertad de que gozaron los de antes.
¿Y si, para tener bichos distintos, tienes alguno que, como una serpiente de cascabel, son todavía pocos los que la han elegido como animal de compañía, lo que los modernos llaman mascota? 
Todo lo que pasa ahora en España ya empezó hace años en Estados Unidos por lo que esa idolatría por los bichos es otra imitación de lo norteamericano, que tanto nos repele. 
En inglés, que es el idioma del que por hablarse en los Estados Unidos proceden la mayor parte de las palabras que usamos en España sin saber lo que quieren decir, PET puede ser el acrónimo de “Positrón Emission Tomography” aunque, lo más probable, es que se refiera al dibujo ilustrativo que los, un suponer equipos de fútbol, lucen en sus escudos como talismán de la suerte.
Total, que las conocidas por “mascota” son bichos que sus dueños aguantan con la esperanza de que la suerte les sonría.
¿No serán los dueños de esas mascotas el talismán de los bichos que se dicen sus amos?